Genera un gran estrés enfrentarse a una lista de tareas por hacer kilométrica, donde todas las tareas parecen iguales, cuando tienes que decidir tu próxima acción a realizar. Cuando vemos esa lista en una sucesión de líneas interminable uno siente la tentación de mirar para otro lado y hacer cualquier cosa, la primera con la que te tropiezas. Esto es un pasaporte seguro hacia la baja eficacia y alto estrés.

De media es fácil que cualquiera que desempeñe un trabajo del conocimiento tenga más de cien tareas pendientes por hacer. Con este volumen de trabajo pendiente  es fácil perderse en esta lista y equivocarse al elegir la próxima acción a realizar.

 

Afortunadamente, los que utilizamos GTD tenemos un método eficaz para decidir lo próximo que vamos a hacer.  Ese método eficaz consiste en asignar un contexto a las acciones que vamos a realizar en los próximos días.  Esto del contexto ¿qué es? Pues es como asignar a cada acción de mis lista de próximas acciones una etiqueta que identifica la situación o circunstancias en la que puedo realizar esa acción. Por ejemplo, si a una acción le asigno el contexto “concentrado”, significa para mi que esa acción la puedo hacer  en la oficina a primera hora de la mañana que es cuando tengo más facilidad para hacer un trabajo que exige concentración. Si asigno el contexto “recado” a una acción, significa que esa tarea la puedo hacer cuando estoy en la calle. Si asigno el contexto “llamar” a una acción, significa que la puedo hacer cuando dedique un tiempo en mi jornada a hacer llamadas telefónicas.   Y así sucesivamente con los contextos que necesitemos.

 

Hacer un filtrado de acciones para reducir a un contexto es fácil con los gestores de tareas que tenemos hoy en día. De lo que se trata es de tener, rápidamente, a mi alcance las acciones que estoy en condiciones de hacer eficazmente. Por ejemplo, si tengo en mi lista de próximas acciones sesenta acciones y hago un filtrado por contexto “concentrado”  puedo reducir las posibilidades de actuar ahora  a siete acciones. Es más fácil elegir lo que voy a hacer de una lista de siete acciones que de una lista de sesenta. Eso nos reduce muchísimo el estrés y aumenta la eficacia tremendamente.

 

Hace poco leí una cita de Stephen Bayne que dice:  “Me parezco más bien a un mosquito en un campo nudista: sé lo que quiero hacer, pero no sé por dónde comenzar” . Pues con GTD podemos elegir con rapidez el siguiente nudista al que picar.

 

Y tu, ¿qué sistema utilizas para decidir tu próxima acción a realizar?

 

Javier Arnal