Todo cambio produce miedo y en muchas ocasiones incluso también vértigo. Si queremos mejorar nuestra productividad tendremos que hacer cambios o de lo contrario seguiremos como hasta ahora. Los tiempos cambian, pero las personas somos conservadoras, al menos  cuando se trata de hacer cambios en nuestra vida.

Hoy día todo cambia y evoluciona muy rápido, de ahí que la comodidad en la que viven muchas personas  genere brechas y rechazos que en ocasiones son insalvables, y que condenan a las empresas y modelos de negocio a la mediocridad. En gran medida, esta sensación de rechazo que nos produce todo cambio vienen dados por varios factores: el miedo a lo desconocido, el miedo a equivocarnos y no saber las consecuencias de ello o, incluso,   el miedo a hacer algo incorrecto. Al final toda inacción la justificamos pensando en la repetida frase de: “es que aquí siempre se ha hecho así”.

No miréis hacia atrás con ira, ni hacia adelante con miedo, sino alrededor con atención”. Anónimo

Vamos a ver unas pequeñas ideas o razones para sumergirnos sin miedo en el cambio, para ver que es posible y necesario hacerlo, para comprender que cambiar está en nuestras manos y que solo depende de tomar la decisión correcta, en el momento adecuado, si queremos lograr mejorar nuestra efectividad.

Visualiza donde estás y a dónde quieres llegar. El primer paso para mejorar lo que está pasando es aceptar lo que está pasando. Esto significa que debes meditar sobre tu situación y sus consecuencias. El meter muchas horas, porque no llegamos. El actuar todo el día en modo apagafuegos saltando de un tema a otro y dejando cosas por terminar. La desmotivación y el estrés que nos produce trabajar y vivir de esta manera. Las constantes interrupciones que tenemos a lo largo del día que no nos dejan trabajar como quisiéramos. Las urgencias que no cesan y que nos llevan constantemente a trabajar en modo apagafuegos.

No nos damos cuenta de que podemos estar metidos en un circuito cerrado del que es difícil salir si no paramos a meditar qué nos pasa. Es como la pescadilla que se muerde la cola. Una situación nos lleva a otra y  ésa a la siguiente y así hasta volver de nuevo al comienzo, donde nos metemos en un bucle del que no podemos salir.

Todas y cada una de estas situaciones nos hacen pagar un precio, en mi opinión muy caro y que afecta a nuestra vida. Deberemos identificar claramente por qué nos ocurren y qué deberemos hacer para evitarlo. Pensemos en cómo sería nuestro trabajo sin ninguna de ellas. Pues bien, una vez visto el futuro sobre a dónde queremos llegar, será más fácil empezar a dar pasos hoy para por llegar hasta esa situación deseada.

Loco es aquel que, haciendo siempre lo mismo, espera resultados distintos”. Albert Einstein

Habla con personas que te puedan ayudar. El leer libros, el leer blogs sobre productividad puede estar muy bien. Cuando dominas ya un tema te pueden ayudar a dar ese siguiente paso hacia la excelencia. Pero hacer cambios partiendo desde cero a través de estos limitados medios puede ser una verdadera lucha contra lo imposible. Es preferible buscar a expertos que te puedan ayudar. Si te duele la rodilla acudes a un experto, al médico, todos sabemos lo peligroso que puede ser comprar un libro de traumatología y tratar de buscar nosotros mismo el remedio. Bien: nuestro caso no es tan dramático pero podría tener muy parecido fin, el fracaso en el intento con daños colaterales. El hacer cambios sin la ayuda de un profesional te puede hacer dar pasos en el sentido equivocado y probablemente le tengas que dedicar mucho más esfuerzo para conseguir menos. Esto te puede llevar por el camino de la negación, por el camino de no ver progresos y terminar negando las bondades de la efectividad.

También puedes acudir a ese compañero que veas que hace cosas diferentes y que obtiene otros resultados, ese compañero que sabe trabajar de manera relajada y centrada, y de quien intuyes que hace cosas que tu no haces y que le llevan a controlar de manera eficaz todo lo que le rodea. Seguro que está dispuesto a echarte una mano, ya que sabe de la importancia de trabajar bien de manera ordenada y efectiva.

Ningún hombre es una isla. Para hacer frente al buen combate, necesitamos ayuda”. Paulo Coelho

Piensa en el progreso como pequeños pasos. El cambiar todo de golpe es imposible, que lo sepas. No hay nadie que a corto plazo consiga hacer los cambios suficientes, en hábitos y creencias como para cambiar drásticamente su modo de trabajar y de gestionar todos sus compromisos incompletos. Además de ser imposible, es angustioso y estresante, porque te darás cuenta de que no estas consiguiendo lo que te habías propuesto. Define pequeños pasos, pequeños cambios, pequeños giros a tu modo de proceder. Fíjate unos horizontes donde el fin como plazo no te debe preocupar. Busca esa pequeña, o no tan pequeña, mejoría con cada paso que das. Trata de asentar y fijar esos cambios que han aportado algo nuevo y mejor, y no des el siguiente paso hasta que el anterior este fijado a ti de manera sólida y sea ya un hábito nuevo adquirido, o uno viejo, de los que te perjudicaban, que ya no forma parte de ti.

Un viaje de diez mil kilómetros comienza con el primer paso”. Lao-tsé

Mira hacia adelante, pero también mira hacia atrás. El cambio debe significar siempre progreso y el progreso nos da idea de avanzar hacia delante. Debemos tener claros e identificados los pasos que debemos dar para llegar a nuestro objetivo, mejorar nuestra productividad y efectividad. Pero que el mirar hacia adelante no nos impida mirar hacia atrás para ver los progresos y los cambios logrados. Esto nos debe servir para ser conscientes de los logros y de los cambios realizados. Nos servirá también como motivación para seguir por el camino de cambio que hemos comenzado.

La vida sólo puede ser comprendida hacia atrás, pero únicamente puede ser vivida hacia delante”. Soren Kierkegaard

Las empresas y organizaciones de hoy en día,  viven momentos convulsivos y de cambios constantes, donde las personas sufren una mezcla entre ansiedad, estrés, duda, incertidumbre y desánimo que acaban, en demasiadas ocasiones, en indefensión, en indiferencia, o en pesimismo que terminarán bloqueando el sistema, ya que todo esto está provocando actuaciones que son divergentes con las necesidades que tiene las empresas y los negocio para seguir adelante.

Para evitarlo, no debemos de tener miedo al cambio sobre todo si lo hemos identificado como una manera, de progreso de mejora. Nuestra maldita zona de confort nos tiene anclado al presente, engañándonos sobre cómo puede mejorar nuestra vida en el futuro. Nos pone excusas como: No tengo por qué hacerlo, no es el momento adecuado, no es para mí, no sé cómo hacerlo, comenzaré cuando… Dejémonos de historias y comencemos hoy a cambiar sin miedo, será la mejor manera de llegar a un destino prometedor, cuanto antes.

 

José Ignacio Azkue