El propósito es una necesidad humana universal. Sin él, cualquier persona probablemente sentirá que su vida carece de sentido y le costará encontrar algo tan preciado y necesario como la felicidad. La incoherencia entre lo que somos, lo que queremos ser y lo que hacemos con la vida, es una de las principales causas de insatisfacción personal.

Es conveniente que tengas definido tu propósito.  De ser así, esto te permitirá alinear tus actos con tus deseos y, por tanto, te resultará más fácil saber lo que debes y tienes que hacer. Como consecuencia, tener completamente claro tu propósito te ayudará a ser más productivo, porque tu elección de lo que debes hacer será más sencilla, más clara y más evidente.

Al hilo de esto, permíteme recordarte algo que he comentado en más de una ocasión: la productividad no tiene nada que ver con hacer muchas cosas ni con hacer por hacer; pero tiene mucho que ver con saber elegir qué te va a permitir alcanzar tus objetivos. Si tienes definido y claro tu propósito, definir tus objetivos y aclarar tus tareas a realizar te resultará mucho más fácil.

El propósito, cuando lo tienes, te proporciona la razón última de tu existencia y de la dirección que debes seguir para sentirla en plenitud, al igual que los principios representan para ti esos valores esenciales que debes de conservar durante el todo camino que vas a recorrer durante tu vida.

Las personas necesitan un propósito que tenga significado, esa es nuestra razón de vivir. Con un propósito, somos capaces de conseguir cualquier cosa” Warren Bennis.

Ponerte a pensar sobre el camino que debes definir para tu propósito de vida no te garantiza, per se, que lo alcances. Sí, es más que probable que hayas dado un gran paso, pero aún queda algo muy importante, y es que también necesitarás realizar un importante esfuerzo para lograrlo y un serio compromiso para no desfallecer en el camino. Además, te puedes encontrar, y no es muy difícil que ocurra, que lo que a ti te interesa y te parezca lo más importante, no coincida con lo que han elegido las personas que te rodean. Esto, en sí, podría convertirse en un problema para ti y para tu propósito.

Muchas personas esperan que su propósito se les aparezca de la noche a la mañana. Que lo haga ante ellos, de manera misteriosa y que el destino les asigne una misión superior que cumplir; pretenden que, así, todas sus dudas y zozobras desaparezcan de forma casi mágica y su destino y sus objetivos aparezcan limpios y claros ante sus ojos. Bien, que sepas, que esto rara vez ocurre; es más, si estás esperando a que ocurra, lo más probable es que tu espera termine en frustración y tu vida discurra por caminos poco satisfactorios.

Un error común que detecto en muchas personas, es pensar en el propósito como algo único. Sí, hay personas que parecen tener un propósito muy grande y abrumador, pero en realidad tienen más aspiraciones en su mente. Por ejemplo, la célebre Marie Curie aparentemente se dedicó en cuerpo y alma a su trabajo, pero cuando se la estudia más a fondo, vemos que se dedicó también, con igual energía y ganas, al trabajo de su marido, a su hija e, incluso, a sus creencias religiosas.

Son útiles o buenas las acciones que sirven a un propósito y lo alcanzan” Maimónides.

De igual modo tú también puedes tener varias fuentes y varios frentes que te pueden servir de inspiración, espacios desde donde perseguir tu propósito de vida. Los puedes buscar simultáneamente, por ejemplo: en tu pareja, en tus hijos, en tu trabajo, en tus creencias, en tu comunidad, en la religión, en tus aficiones, en el deporte, etc. Varias fuentes que identificar y que, una vez resueltas en conjunto, te ayudarán a encontrar un compromiso final que te permita dar significado a tu vida.

Aunque pueda parecer que el propósito, una vez que está definido, es inmutable, pueden darse circunstancias que te lleven a plantearte cambios sustanciales en su significado. Es decir, es probable que tu propósito varíe a lo largo del tiempo y, seguramente, cambie en las diferentes etapas de la vida. No verás tu propósito igual en tu juventud que cuando decides vivir en pareja, ni cuando esperas un hijo o estás a punto de jubilarte.

Buscar tu propósito puede sonarte como algo complejo, difícil e incluso grandioso, pero realmente no lo es tanto. Limítate a encontrar un punto de partida, una posición desde donde empezar a pensar. No busques la perfección desde el inicio; como ya te he comentado, es muy probable que vaya cambiando con el paso del tiempo. Esta evolución, este posible cambio en tu enfoque, no significa ni falta de seriedad ni de compromiso, sino que será algo natural y seguramente bueno.

Para definirlo has de dar una serie de pasos.

Deberías empezar haciendo una introspección hacia ti mismo, acerca de tu forma de ser y de ver las cosas, y hacerte una serie de preguntas. Te sugiero unas cuantas, no todas, pero que te pueden ayudar a empezar:

  • ¿Qué es lo que te gustaba y te apasionaba de pequeño?
  • ¿Hoy en día qué te hace feliz?
  • ¿Qué te motiva y te hace saltar de la cama?
  • ¿En qué consideras que eres muy bueno?
  • ¿Para qué tienes un talento especial?
  • ¿Qué te hace sentir bien contigo mismo?
  • ¿Qué valores has defendido siempre?, ¿hoy en día los sigues defendiendo?
  • ¿En qué crees?
  • ¿Qué creencias has ido adquiriendo a través de la experiencia de la vida?
  • ¿Qué cualidades tuyas admiran los demás? Si no lo sabes pregunta a unos familiares cercanos y a unos amigos.
  • De todo lo que has hecho en tu vida ¿de qué te sientes orgulloso?, ¿de qué te arrepientes?
  • ¿Qué aficiones tienes?
  • ¿A qué personas admiras?
  • Si tuvieras muchísimo dinero, ¿qué harías con tu vida?
  • Si tuvieras unos pocos meses de vida ¿qué harías sí o sí?

También deberías dirigir tu interés hacia el exterior y tratar de identificar lo que puede interesar a los demás de tu persona.

  • ¿Cómo puedo ayudar a mi familia, a mi comunidad a la sociedad en general?
  • ¿En qué puedo impactar a los demás?
  • ¿Qué te enfada de verdad de los que ves fuera?
  • ¿Con qué habilidades mías puedo ayudar a los demás?
  • ¿Por qué me pagarían?, ¿coincide con lo que me apasiona?

Lo que el hombre realmente necesita no es un estado de relajación, sino la lucha y el desafío de una causa que merezca la pena. Un propósito elegido libremente” Viktor Frankl.

Buscando puntos de encuentro entre el interior y el exterior es donde tienes que empezar a trabajar tu propósito. Se trata de identificar zonas comunes o de encuentro entre cuatro puntos que has de llegar a definir:

  • Lo que te gusta y amas hacer
  • Tus talentos
  • Lo que el mundo necesita
  • Por lo que te pueden pagar

De lo que te gusta y amas hacer y de tus talentos surgirá tu pasión

De entre tus talentos y por lo que te pueden pagar debería estar tu trabajo

De entre lo que te pueden pagar y lo que el mundo necesita estaría tu vocación

Y, por último, de entre lo que te gusta y amas hacer y lo que el mundo necesita encontrarías lo que para ti significaría tu misión en este mundo.

Te quedaría hacer un ejercicio final en el que deberías tratar de buscar los puntos comunes entre tu pasión, tu trabajo, tu vocación y tu misión. En este lugar de encuentro surgirán algunas ideas a la que podrías considerar como tu propósito. A partir de aquí deberías tener más claro lo que a ti te gusta y que, además, pueda interesar al resto del mundo. Solo te queda ya, y no es poco, ponerlas en acción.

 

 

José Ignacio Azkue