Una de las preocupaciones más recurrentes, y también más normales en las personas que ven la necesidad de mejorar su productividad  y quieren recorrer el camino hacia ese destino es, ¿cuánto tiempo me va a costar lograrlo?

Es lógico que, cuando te planteas o te propones hacer alguna mejora, algún cambio de este tipo, quieras primero conocer este detalle para valorar si te merece la pena, o no, el esfuerzo que hay que realizar para lograrlo.

La pregunta me la hacen muchas personas y realmente es difícil de responder. Depende de muchos factores. En primer lugar, de qué es lo que se quiere. De si lo que se pretende es solamente aplicar una serie de trucos, o si lo que se pretende es implementar una metodología como GTD. Después se implican variables como la fuerza de voluntad, el nivel de implicación, la capacidad propia para asimilar cambios, los condicionamientos mentales que se tengan, las dificultades para desaprender, etc.

Para empezar, hay que tener claro que para mejorar la productividad es imprescindible un método. Los trucos pueden ayudar, incluso pueden facilitar la aplicación del método,  pero no son la solución final. Por tanto, lo importante es implicarse con el método y tener muy claro que debemos de empezar un proceso de cambio del que no se conoce cuando va a terminar.

“¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas? Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas. Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo”. Amado Nervo

He oído en más de una ocasión, e incluso he leído blogs en los que se hablaba del tiempo necesario para trabajar plenamente con GTD, de cifras como: más de un año, dos años, e incluso he oído cantidades mayores.

No me gustan esas respuestas en las que se ponen límites de tiempo. Lo único que se consigue, en mi opinión, es desmoralizar a las personas que están en el intento de mejorar, o que viendo la necesidad quieren intentarlo. Pueden verlo demasiado difícil, demasiado lejos para la necesidad imperiosa que sienten de calmar su trabajo.

No debemos pensar, ni nos debe preocupar ese dato, en el tiempo necesario. Además, no creo que la pregunta sea la correcta, porque el tiempo en este caso, como en muchos otros, es irrelevante.

En todos mis seminarios recalco que la mejora de la productividad, en este caso la utilización correcta de GTD, no es una carrera de sprint como los 100 metros lisos en la que, tras un rápido y gran esfuerzo, se llega la meta. Ése no es el camino de GTD porque, al llegar, la persona implicada cae en la  cuenta de que, en realidad, no ha llegado al final de la carrera, sino que ha de seguir corriendo. Por eso se producen casos de abandono. La Productividad, GTD, es comparable a un maratón  donde hay que ser constante y dosificar el esfuerzo para llegar. Por otra parte, el maratón GTD  posee una importante peculiaridad: en cada cierto tramo del recorrido se recibe un premio. Como en las carreras de este tipo, habrá cuestas, habrá desfallecimientos, incluso algunos abandonos, pero al final se llega. Y debemos saber, interiorizar, que  el tiempo o que la duración no hace al vencedor sino que el  que gana es el que mejor llega.  Por tanto, el tiempo no debe ser una referencia ni nos debe preocupar.

“Casi no hay cosa imposible para quien sabe trabajar y esperar. François Salignac de la Mothe”. Fénelon

La pregunta correcta debería ser, ¿en cuánto tiempo voy a empezar a ver mejoras? Aquí la respuesta es otra, además muy motivadora. El tiempo, en vez de servirnos como referencia del fin del proceso, cambia porque pasa a ser el principio de la mejora.

Todos los que nos apoyamos en GTD para gestionar nuestra vida sabemos que la respuesta a esta última pregunta, prácticamente es: se ven mejoras desde el minuto 1. Desde que empiezas a aplicar los principios de este método se aprecian mejoras, se nota que el nivel de estrés se reduce, también se nota que el control de tu vida, de tu trabajo, de lo que te rodea, empieza estar en tus manos, y no en las de otros. Poco a poco todo va mejorando. Eso es lo que nos debe importar, la mejoría de hoy y pensar, como bien dice GTD, ¿cuál será el siguiente paso?

No seamos impacientes, no hay que buscar el final: hay que perseguir la siguiente mejora, un paso más, un pequeño triunfo que nos acerque al final, que para mí, nunca llegará. Y no llegará porque siempre debemos buscar más, ese pequeño giro, esa pequeña acción que nos permita sacar más brillo a nuestra productividad.

Una última opinión: está muy bien leer libros, leer blogs, estar en foros, informarse, pero es mejor, más efectivo, más eficaz y más seguro contar con la ayuda de un profesional.

 

José Ignacio Azkue