Imagínate un día en el estadio de futbol de tu equipo favorito, viendo un partido contra el rival de toda la vida: el partido es aburrido, los dos equipos juegan a la defensiva y tú te distraes más hablando con el de al lado, con el que está más arriba,  o discutiendo con el seguidor del equipo contrario que está cerca de ti, que con el partido. Dejas de mirar al césped y te distraes comiendo tu bocadillo; piensas: otro día traeré tortilla en vez de embutido. Han pitado una falta, pero ni te has enterado de lo que ha pasado. Estás en el partido y en un montón de lugares diferentes a la vez.

De repente, en un contraataque, dos delanteros de tu equipo se plantan ante la portería contraria. Tu atención se dispara, ya no existe el bocadillo, no oyes el rugido de los seguidores. Ha desaparecido todo para ti, sólo existe la jugada y lo único que centra tu atención es el balón. En un instante y sin darte cuenta has entrado en tu zona. 

¿Qué significa estar en la zona? En GTD, decimos que estamos en la zona cuando sólo tenemos una cosa en la mente.

Qué bueno es trabajar en tu zona, centrado en una cosa, sin nada que te distraiga, con la atención y la totalidad de tu capacidad en ese momento, centrada en un solo trabajo. Cuando lo terminas,  seguro que lo has realizado lo mejor que podías. Te sentirás bien. ¡A por otro, de nuevo en tu zona!

Da lo mismo que estemos pensando en las características de un nuevo producto con el que desbancar a la competencia, o contestando un  correo electrónico, o recopilando información sobre los temas de la próxima reunión, o preparando la celebración de las bodas de plata de un familiar.  Si cada cosa que pienso la hago estando en mi zona, entregaré a cada una de ellas el cien por cien de lo que me requieran, ni más ni menos.

Este estado para trabajar, difícilmente se logra hasta haber realizado un inventario de todos los temas que están pendientes de completar. Lógicamente, tendrás que tener aparcado  todo el resto de temas en un sistema, recomienda GTD, en  el que confíes plenamente, en el que puedas revisar y ver todo lo pendiente con la seguridad de que lo vas a encontrar.

Te  será más fácil entrar en tu zona, cuando revises tus recordatorios, tengas identificado el contexto en el que estás y, teniendo a la vista todo lo que pueda hacer en ese momento, decidas en función de tu perspectiva o de tus  intereses qué vas o qué no vas a hacer.

¿Has trabajado alguna vez en este estado?, ¿Qué haces para entrar en tu zona?, ¿Cuántos trabajos realizas al día en ella?

 

José Ignacio Azkue