“Estoy concentrado haciendo una tarea y de repente, se me va la cabeza a otra cosa, para cuando me doy cuenta han pasado más de 20 minutos”. Esto me contaba un cliente que ejerce como director de operaciones en una PYME.

¿Cuántas veces te ha ocurrido esta situación?

A la mayoría de personas nos ocurre a diario, no es grave. Lo importante es si te das cuenta y rediriges  inmediatamente tu atención hacia lo que estabas haciendo.

“¿Qué tengo que hacer para corregir este hábito tan demoledor que me hace perder tanto tiempo?”, me preguntó este cliente.

Para empezar, ser consciente de lo que te pasa,  tienes que estar atento a estar atento.

“Si claro,  eso es muy fácil decirlo y menos fácil hacerlo” me dijo.

Así es, la mejora personal no es gratis y la gestión de nuestra atención es uno de los retos más grandes que tenemos delante de nosotros, si queremos ser personas realmente eficaces.

En este artículo os voy a comentar algunas rutinas que a mí me funcionan.  Me ayudan a estar en calma, manteniendo el control. En situación de calma, es cuando puedo rendir mejor. Tengo el entorno de trabajo que me permite alcanzar la concentración adecuada para desarrollar las tareas que así lo exigen.  Suelen ser las tareas que me ayudan a conseguir mis objetivos, las tareas clave.

Tenemos que asumir que “no hay tiempo para hacer todo lo que pensamos que debemos hacer, pero si hay tiempo para hacer lo importante”. Nos sentimos bien cuando tenemos resueltos los asuntos importantes, pero la realidad diaria intenta disfrazar como urgencias importantes los asuntos poco relevantes en relación a nuestros objetivos. Como no estamos entrenados, en ese momento “picamos” y caemos en el “hacer por inercia” sin plantearnos nada más. Con este entorno, nos interesa practicar algunas rutinas que nos ayudan a centrar nuestra actividad en lo más importante y conseguir así estar atento a estar atento.

–          Cada mañana cuando me estoy aseando o desayunando, durante dos o tres minutos hago un repaso mental de las tareas importantes del día, las dos o tres tareas clave de hoy. Esta rutina es como ir calentando motores antes del despegue, me ayuda a focalizar mi atención y me facilita el conseguir concentración máxima.

–          Antes de hacer una tarea me pregunto si ¿esto qué voy a hacer me acerca a mis objetivos?

–          Mantengo mi mesa de trabajo limpia, tengo sólo los elementos necesarios para la tarea que estoy realizando. Elimino de mi vista cualquier “ruido visual” que me pueda apartar de mi objetivo en ese momento.

–          Apagar el móvil y cerrar el programa de correo electrónico.

–          Si trabajas con más personas a tu alrededor, avísales que necesitas un tiempo sin interrupciones. Si tienes despacho con puerta, ciérrala. Hay una creencia errónea y muy extendida de que eres un compañero o jefe más cercano si tienes completa disponibilidad hacia tus colegas de oficina.

–          Trocea las tareas en pedazos digeribles.  Al igual que un jamón no lo comemos a bocados de una sentada,  lo hacemos lonchitas hasta que nos lo acabamos. Hay tareas que no se pueden empezar-hacer-terminar de un tirón porque nos llevarían muchas horas. Cuando tengo delante una tarea tipo “jamón” la troceo hasta tener delante tareas pequeñas que puedo hacer en un tiempo razonable de máximo una hora. Hacer este ejercicio, además, me va a permitir tener una idea de lo que tardaré en “comerme” el jamón entero, teniendo visibilidad y ayudando a poner foco en los días.

–          Hacer las tareas en el momento adecuado del día. Además las “protejo” haciéndolas en un momento del día en que me encuentro más fresco y con más predisposición a la concentración. En mi caso es a primera hora de la mañana y a primera hora de la tarde, nada más comer. Busca tus mejores momentos para tus tareas y protégelos.

Elegir el camino de ser productivo implica  estar atento a que no te sales de él. Es la senda que te lleva a tus objetivos, a tus sueños, da sentido a tu día a día. Para gestionar esta atención a mí me funcionan estas rutinas. Y a ti ¿qué rutinas te funcionan?

 

Javier Arnal