¿A que te parece una contradicción? Sin embargo, es una realidad; si quieres que tu productividad sea la adecuada debes saber cuándo dejar de trabajar; que puedas descansar y recuperarte del desgaste sufrido por las actividades que desarrollas durante tu jornada, bien sea en tu empresa, en tu casa o en el lugar donde las desarrolles, es la finalidad.

De la misma forma en que la mayoría de tus hábitos en el trabajo tienen un impacto importante sobre tu productividad diaria, el descanso que te permitiría trabajar de manera efectiva ha de convertirse en otro hábito necesario e igual de importante que toda la atención y el esfuerzo que dedicas a terminar tus cosas.

Para cumplir con tu cometido y tus obligaciones, seguramente será necesario que realices un esfuerzo físico y, sobre todo, será imprescindible que lleves a cabo, también, un esfuerzo mental. Ambos los irás acumulando a lo largo de la jornada laboral, y tal dedicación a atender tus compromisos se traducirá, a la postre, en fatiga y estrés la cual, a su vez, va a depender de cómo te vaya cada día.

Este cansancio que nos provoca el trabajo requiere de un descanso conveniente para reponer energías. De modo que, si no descansas adecuadamente, su carencia puede llegar a desencadenar problemas crónicos de salud tales como el estrés crónico, enfermedades cardiovasculares, problemas gástricos, lesiones musculares e incluso, es muy probable y frecuente, que se traduzca en problemas laborales tales como los accidentes, el absentismo, el bajo desempeño o la alta rotación de empleados, así como conflictos entre los miembros de la organización.

El arte del descanso es una parte del arte de trabajar” John Steinbeck.

El cuerpo y la mente terminan por ser conscientes de cuándo una persona está llegando a los límites de agotamiento que se pueden soportar razonablemente y, antes de que el problema sea grave o incluso, irreparable, empiezan a enviar ciertas señales que indican de la existencia de un cierto nivel excesivo de cansancio acumulado. Entonces, solo queda la recuperación a través del descanso como respuesta a esta capacidad limitada de trabajar que tenemos todos los seres humanos.

Así pues, recuerda que descansar nunca puede ser una opción como otras muchas, a la que podamos decir que no. Debes ser consciente de que, si quieres ser un buen profesional, si quieres ser productivo, descansar es una obligación. Ni tú ni nadie es capaz de decidir correctamente, ni de elegir adecuadamente qué debes hacer en cada momento, si estás agotado o si el cansancio acumulado por días de excesivo trabajo ha hecho mella en tu persona.

De hecho, si no sabes descansar de manera plena y consciente, si no eres capaz de desconectarte del trabajo para darle a tu cuerpo, pero sobre todo a tu mente, el descanso necesario, probablemente termines padeciendo el síndrome del trabajador quemado o Burnout, o termines siendo un workaholic, es decir, un adicto al trabajo.

El castigo de toda mente desordenada es su propio desorden” Agustín de Hipona.

Probablemente, si sigues mis artículos ya tendrás asimilado que ser productivo no significa trabajar más horas, ni hacer muchas cosas. Hoy en día la efectividad es sinónimo de trabajar mejor, de trabajar con más calidad, de trabajar bien focalizado en tus objetivos y proyectos. Pues bien, para ello es necesario que sepas descansar.

Y déjame que te insista en unos errores muy habituales que puedes estar cometiendo, como trabajar muchas horas, hacerlo a deshoras, llevarte trabajo a tu casa y, sobre todo, no desconectar al terminar la jornada o llevarte tus preocupaciones siempre contigo, incluso durante el fin de semana. Si sueles caer en algo de esto, incluso si lo haces habitualmente, que sepas que hacerlo reiteradamente ni te hace mejor trabajador, ni te convierte en más productivo; probablemente, en todo lo contrario. Sin embargo, hacerlo esporádicamente no suele ocasionar problemas.

Estas malas prácticas te afectan quieras o no, te impiden descansar adecuadamente e imposibilitan que resetees tu mente para mantenerla serena y en forma. Al final, lo que estás consiguiendo es ponerte barreras en el camino que te impedirán dar lo mejor de ti cada día, cada semana.

Lo mismo pasa con el descanso nocturno: si no consigues dormir bien, si te desvelas porque sigues tenso, preocupado, si tienes malos hábitos antes de meterte en la cama o para conciliar el sueño, también estarás obstaculizando llevar a buen puerto tus obligaciones y trabajos. Si te levantas con sueño y sin haber descansado bien, ese día irás al trabajo con un nivel de energía muy escaso tanto física como mentalmente, lo que repercutirá negativamente en tu capacidad; así, cada vez que tengas que tomar una decisión o que te tengas que enfrentar a un problema, cada situación que requiera de cierto nivel de esfuerzo mental, cada vez que necesites concentrarte, tendrás muchas más posibilidades de hacerlo mal, de cometer errores, de no elegir bien qué hacer. En fin, de trabajar mal.

Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte” François de la Rochefoucauld.

Para valorar el descanso y su importancia para tu bienestar y tu productividad, hay que comprender en primer lugar sus beneficios, y en segundo el alcance final que tiene sobre las diferentes facetas de tu vida. Veamos cómo.

  • Te lo puedes plantear como un premio estimulante tras el esfuerzo realizado por el trabajo bien hecho.
  • Un buen descanso ayuda a mantener una mejor actitud cada día, mayor vitalidad y más energía, lo cual sin duda te facilita el trabajo diario.
  • Te permitirá enfocarte mejor en tus actividades diarias, haciendo que las realices con un mejor desempeño y dinamismo.
  • El descanso es condición necesaria para verte y sentirte bien.
  • Igualmente, un buen descanso permite conservar e, incluso, aumentar tus defensas, y te ayuda a prevenir lesiones y enfermedades.
  • Puede ser una oportunidad para aprender. Saber aprovechar tus momentos de descanso para hacer cosas diferentes a las que ya conoces, aportará nuevos conocimientos y permitirá que tu cerebro se ejercite con nuevos estímulos.
  • Es una oportunidad para disfrutar con quienes quieras estar.

El estado de tu vida no es más que un reflejo del estado de tu mente” Wayne Dyer.

Debes descansar de los factores que te producen este estrés y cansancio para que te permitan recuperar todo tu potencial. Lo debes hacer desde una perspectiva física para reducir y prevenir el agotamiento que te conduce hacia el deterioro de tu salud. Lo debes de hacer, también, desde un punto de vista mental para recuperar tus recursos y energías intelectuales preparándolas para los nuevos retos diarios.

No tengas duda de que es más inteligente y productivo dejar de trabajar de verdad, desconectar de tus preocupaciones y descansar bien para rendir mejor, que tratar de sacar más rendimiento a base de meter más horas o de no respetar tu adecuado descanso. El cuerpo acumula los excesos y aunque todavía no te haya pasado factura, si persistes en ello terminará haciéndolo.

 

José Ignacio Azkue