¿A qué alguna vez has perdido la ilusión por lo que hacías?, ¿A qué a veces nos cuesta más de lo habitual levantarnos de la cama con ilusión? ¿Hay veces que sientes que has perdido la motivación que tenías por lo que haces? ¿Te sientes desanimado y no ves las cosas como antes? ¿No sabes dónde está aquella energía desbordante que te acompañaba en todos tus proyectos?

Si estas malas sensaciones son ocasionales no nos deben preocupar. Todos tenemos derecho a tener uno o varios días malos. Lo preocupante es cuando esta sensación se apodera de ti y no te abandona.

Puede que estés desmotivado por varias causas:

  • No llegas a todo y te sientes desbordado.
  • Trabajas muchas horas y tu vida particular es una ruina.
  • Te sientes sólo ante nuevos retos. Los resultados que obtienes no son los que esperabas y no ves como lograrlos.
  • En tu equipo últimamente no hay más que zancadillas y obstáculos.
  • Ves en los demás una pasividad y desmotivación que ha terminado por contagiársete.

En realidad, como vemos, puede haber muchas razones por las que te puedas sentir desmotivado. Lo importante es darnos cuenta de que nos ocurre y tratar de ponerle remedio.

Es muy importante que nos enfrentemos al problema sin dilación, debemos ser conscientes que una persona desmotivada puede contaminar al resto del equipo. Una persona en este estado incluso sin quererlo, trasmite su tensión, quejas y malas sensaciones.

¿Qué pasos podemos dar para retomar esa motivación y energía?

1. Ver el motivo de nuestro trabajo.
Detrás de cada cosa que hagamos debe haber un porqué, debe de haber una razón, tiene que ser un medio para lograr un objetivo. Cuando hacemos cosas sin saber su razón, es muy fácil que no veamos el sentido de nuestro esfuerzo y esto lleva a la desmotivación. Debemos alinear lo que hacemos con un fin. Es muy importante antes de empezar una tarea saber a que nos va a acercar. Cuando de esta manera visualicemos el fin, será muy fácil buscar en él la motivación. Tratemos de imaginar cómo estaremos con los objetivos cumplidos

2. Ser constantes.
No podemos abandonar a la primera de cambio, muchas veces no salen las cosas como las habíamos previsto. Debemos analizar las causas y buscar las razones que nos han impedido llegar a nuestro destino. Esto nos debe servir para mejorar. Nos dará un motivo y unos medios para hacerlo mejor la próxima vez.

3. Que no te preocupen los momentos malos.
La vida es dura, el trabajo no es un camino de rosas, a cada paso que damos nos encontramos con obstáculos. Siempre van a aparecer momentos malos y difíciles, que no sirvan para hacerte tirar la toalla. Debes de saber que existen, reconocerlos y tratar de pasar sobre ellos apoyándote en el resultado que buscas.

4. Tal vez lo que necesites sea un descanso.
No somos ningún superdotado, ni ningún superhéroe, somos de carne y hueso. El pensar que somos imprescindibles, el tratar de abarcar más de lo que podemos, tarde o temprano, nos jugará una mala pasada. El simple hecho de salir a tiempo del trabajo para practicar algún deporte, divertirnos con nuestro ocio, poder estar más tiempo con nuestra familia y disfrutar de un buen descanso, nos puede hacer ver de diferente manera al día siguiente. Lo mismo podemos hacer durante el fin de semana. Una adecuada desconexión de nuestras obligaciones, del móvil, del correo electrónico, de las redes sociales incluso del ordenador, nos facilita el cargarnos de energía para los siguientes retos.

5. Pensemos en cosas más pequeñas.
En muchas ocasiones el problema es que nos planteamos retos muy grandes y difíciles. No seamos nosotros los que nos pongamos piedras en el camino. Si nuestros objetivos son muy grandes, dividámoslos, busquemos objetivos más pequeños, más accesibles. En ocasiones la ilusión y la pasión están en lograr dar pequeños pasos que nos acerquen a las grandes cosas. Especialmente en esos días en que “todo te da igual” es necesario que miremos y nos fijemos en esas pequeñas cosas que tanto nos gustan.

6. Prémiate de vez en cuando.
Disfruta de lo que haces, celebra y agradece cada problema resulto, cada vez que sientas o veas que estás avanzando de verdad. No te obsesiones por tus objetivos continuamente hasta esperar a que este todo logrado para celebrarlo. Fíjate pequeños hitos, pequeños logros, cuando los consigas prémiate con pequeñas cosas.

Recuerda es normal perder la ilusión a veces. Lo importante es perseverar y ponerle solución si ves que te afecta demasiado. Nadie dijo que esto fuera fácil

José Ignacio Azkue