Tu forma de pensar, tu carácter y tus creencias determinan el nivel de tus resultados.

Todos nos enfrentamos en la vida a problemas y obstáculos frente a los cuales muchas veces nos quedamos paralizados. Es como si nos invadiera una profunda convicción de que el problema es insoluble o sencillamente que no tenemos el talento ni la capacidad necesarios para encontrarle solución.

Si queremos aumentar nuestra capacidad de resolver problemas necesitamos aprender cómo transcender los límites que nuestra propia mente nos está imponiendo.

Los modelos de formación, en general, valoran tremendamente el conocimiento y de hecho, lo califican. Sin embargo, no potencian la capacidad de liderazgo, el coraje u otras virtudes que tantas veces marcan el éxito en la vida. El cambio personal es un asunto, más que de conocimiento, de actitud y compromiso. De ahí el éxito del coaching, ya que trabaja en que la persona tome conciencia, se comprometa e incremente su perspectiva y sus opciones, potenciando sus recursos para que alcance los objetivos que se ha marcado.

Hay estados de ánimo (amor, confianza, fuerza interior, alegría, etc.) que nos motivan y nos empujan a la acción y hay estados de ánimo paralizantes (miedo, ansiedad, confusión, depresión, tristeza, etc.) que nos hacen impotentes.

Nuestro comportamiento es el resultado del estado en el que nos encontramos. Por lo tanto, los cambios en los estados de ánimo implican cambios en las representaciones internas y en la fisiología, ya que interactúan continuamente entre sí, creando el estado de ánimo en el que estamos, y esto a su vez determina el tipo de comportamiento.

Si cambias tus pensamientos, acometes acciones que te lleven a nuevos resultados a pesar del miedo y otros factores limitantes. Las personas que caminan sobre cristales o sobre el fuego cambian sus representaciones internas acerca de lo que pueden o no pueden hacer, razón por la cual el hecho de caminar sobre cristales o brasas ardientes se transforma de algo aterrador en una acción que saben que pueden realizar. Si lo que parecía imposible sólo era una limitación de la mente, ¿cuántos otros ‘imposibles’ son en realidad igual de posibles?

Tus pensamientos proceden de los modelos mentales (archivos de información) que tienes en los armarios de tu mente, y ¿de dónde procede esa información? Lo hace de tu programación pasada. Tu condicionamiento pasado determina cada pensamiento que brota de tu mente.

Para reflejar esto, te presento la siguiente fórmula:

Modelos Mentales > Pensamientos > Sentimientos > Acciones > Resultados

Tus modelos mentales te llevan a tus pensamientos, éstos a tus sentimientos, tus sentimientos a tus acciones y tus acciones a tus resultados.

Algunas personas afrontan los cambios con optimismo y confianza, pero otras pueden experimentar inseguridad, desde los miedos más frecuentes al fracaso, a no dar la talla, a la paralización y la angustia, porque temen cualquier cambio pensando siempre en lo peor.

Si te enfrentas a una nueva situación vital, a nuevas decisiones, te surgirán dudas, preguntas, inquietudes. Es normal. Tener miedo es natural y esta emoción nos ayuda a evaluar de forma adecuada los pros y contras, los riesgos y dificultades, y también las posibilidades de logro. Es la emoción que nos predispone a buscar soluciones para resolver los problemas y dificultades que se nos presenten, así que no es más valiente el que dice no sentirlo, sino el que lo reconoce y se esfuerza en aprender a manejarlo, ya que en el reconocimiento de la debilidad se encuentra la fortaleza. En la aceptación del miedo y en el compromiso con el cambio se encuentra el camino de la superación personal.

Tu mundo exterior es en todo momento un reflejo de tu mundo interior. Quien eres en este momento determina los resultados que tú obtienes. Si crees que no puedes, aceptarás esa creencia y no alcanzarás los resultados. Sin embargo, si crees que puedes, validarás esa creencia y las probabilidades de éxito aumentarán significativamente.

A la hora de pasar a la acción y obtener mejores resultados te propongo lo siguiente:

1.   Toma conciencia de dónde estás. Evalúa con realismo los pros y contras.
2.   Toma conciencia de lo que quieres conseguir.
3.   Establece un plan.
4.   Focalízate en lo que vas a hacer y pon toda tu atención.
5.   Recuerda que las dificultades son normales. No te preocupes de ellas, ocúpate.
6.   No busques la solución perfecta, sino la más aceptable.
7.   Si necesitas ayuda o consejo, pídelo. No es una debilidad sino una actitud inteligente.
8.   Toma ejemplo de errores y aciertos ajenos, pero sin obsesionarte.
9.   Alcanza tu nivel de energía óptimo y da tu 100%.
10. Sigue el plan y, si es necesario, realiza correcciones.

Confía en ti mismo aun cuando no siempre aciertes; el ensayo y el error es una parte del proceso de aprendizaje.

Recuerda que si quieres obtener un nivel superior en tus resultados tienes que estar dispuesto a desprenderte de algunas de tus antiguas formas de pensar para adoptar otras nuevas. Si para realizar esta tarea necesitas apoyo, considera los servicios del coaching.

 

José Ignacio Azkue