No me resultaba sencillo. Había probado de todo, me había dejado aconsejar por amigos y conocidos que lo habían conseguido, lo intente con recetas milagrosas, también acudí a una dietista. Casi siempre lograba algo, pero había un problema, nunca duraba lo que conseguía. Si lograba adelgazar algún kilo, me sentía bien y me relajaba. La consecuencia era evidente, volvía a engordar lo que había perdido y si me descuidaba encima me echaba algo de propina.

Con nuestro trabajo nos pasa lo mismo, tenemos demasiados compromisos que cumplir. Nuestras listas de tareas, si es que la usamos, se llenan de cosas por hacer. Si no la tenemos, nuestra cabeza bulle con todo lo que ronda por ella. Leemos blogs, artículos y pensamos que con eso ya nos va a valer. Pensamos que podremos ser más productivos. Sabemos que hay métodos, hemos oído hablar de alguno, tal vez de GTD. Oímos opiniones, pero seguimos sin poder quitarnos de encima todos los compromisos a los que no sabemos decir “no”.

Un día tuve una buena idea, me pregunté: ¿Qué es lo que más calorías aporta en mi dieta? La respuesta me dio el camino hacia el cambio: eran los dulces, el azúcar. En cualquier momento me podía comer unos cuantos bombones, el helado que compraba no me duraba nada, que decir de las galletas y los pastelitos…

Mi decisión fue dejar de comprar estas tentaciones y empecé a adelgazar. Lo bueno es que no volví a engordar. Tenía la solución.

Con mi exceso de compromisos en el trabajo, tenemos también un problema. Las consecuencias las conocemos: ansiedad, estrés, incumplimientos, peores resultados. Ya, pero ¿qué hacemos?

La solución es muy sencilla, la dificultad consiste en que hay varios hábitos que debemos adquirir. Debemos capturar todo lo que me llame la atención, todo lo que surja en mi cabeza, y que de alguna manera, es el reflejo de que algo está por hacer.

Si solo lo recopilamos en una lista de tareas o cosas pendiente de hacer, como algunos métodos de productividad aconsejan, al final nos encontraremos seguramente con una extensa lista que nos es muy difícil de gestionar. Otra vez estaremos estresados, angustiados por todo lo que vemos incompleto y lo más probable es que abandonemos la lista y volvamos a tener todo en nuestra cabeza. Puede pasar lo mismo que con mi dieta, vuelvo al punto de partida, lo malo es que con un nuevo fracaso en mis espaldas.

GTD te ayuda a dar solución a este problema de una forma inteligente. Después de recopilar en uno o en varias inbox, debemos aclarar su significado para dar sentido a cada una de estas entradas, decidir que debes hacer para lograrlo y conseguir finalizarlo. Y lo que es más importante, debemos dotarlas de compromiso. Por último, guardaremos recordatorios de lo que voy a hacer, de manera organizada, en un sistema que revisemos regularmente.

Seamos conscientes también, de que tenemos y usamos varias listas para depositar y recopilar cosas inacabadas, de forma que revisemos sin excepción cada una de ellas. Si no lo hacemos así, perderemos la confianza en este método.

Cuando damos sentido a cada una de las entradas y cuando fijamos el nivel de compromiso que queremos tener con cada una de ellas, estaremos de forma inteligente desechando aquellas cosas que lo único que nos hacen es engordar en nuestro trabajo.

Ésta es la forma más inteligente de ver qué cosas vamos a hacer y cuáles vamos a desechar. Tomemos conciencia de que no podemos atender todas las cosas que rodean nuestra vida. Hoy en día, con el desarrollo que ha experimentado internet y las comunicaciones, vivimos sobresaturados de información y de cosas que llaman nuestra atención.

De esta manera obtendremos control sobre nuestros compromisos, que es la mejor manera de decir adiós al estrés y a la ansiedad.

 

José Ignacio Azkue