Estás tratando de realizar un cambio en tu equipo o en tu organización ya que has identificado un grave problema de productividad personal. Sabes y conoces la importancia que tiene dentro de tus planes y de los objetivos de tu empresa realizar estos cambios en su productividad. También has llegado a la conclusión de que o mejoras sustancialmente o caerás en el pelotón de los torpes y tu destino en él no te gusta. ¿Pero te has parado a pensar, con quiénes puedes contar a la hora de hacer un cambio?, ¿cuáles de entre ellos van a asumir el esfuerzo de cambiar como una mejora a lograr, y quiénes  van a resistirse  a hacerlo?

Es esencial, a la hora de efectuar cualquier cambio, contar con la colaboración de todos los miembros del grupo o del equipo involucrado, por mínimo que sea, y sobre todo si se trata de algo tan personal, como son nuestros hábitos de trabajo. En caso contrario nos encontraremos con una resistencia y una actitud poco adecuadas por parte de algunos de sus integrantes. El cambio será difícil, el objetivo que buscamos estará comprometido y es  probable que fracase nuestro intento de mejora.

Nos podemos encontrar con cuatro tipos de personas:

  • Los conectados: Explícame lo que hay que hacer para cambiar.
  • Los persuadibles: Me gustaría, pero no me creo todo lo que me explican.
  • Los escépticos: De entrada no me creo nada de lo que dices, esperaré a ver si hay mejoras en los demás y luego las adoptaré
  • Los desconectados: No me cuentes historias; ni me creo, ni me creeré nada de lo que me dices. No sé si estoy bien como estoy, pero no quiero cambiar.

Nuestra forma de proceder habrá de cambiar sustancialmente con cada uno de ellos. Tendremos  que utilizar los recursos de que dispongamos sabiamente, ya que tendremos que dirigirnos a cada grupo de manera diferente.

Con cada uno de estos estereotipos se necesitará distinta cantidad de dedicación, energía y tiempo.

Los conectados no representan ningún problema. Están alineados con tus preocupaciones y con tus objetivos. Serán clave para que los más escépticos vean en ellos las ventajas del cambio.

Los persuadibles te seguirán en los diversos cambios, pero necesitarán un empujón adicional para acabar de comulgar con tus inquietudes. Son como esas tareas que se te atragantan, pero que en cuanto te decides, las haces sin mayor esfuerzo. En general, entienden la necesidad del cambio, de mejorar su productividad, de aplicar nuevas técnicas a su trabajo, pero se preguntarán ¿en qué me benefician estas novedades? En cuanto las vean, se volverán conectados.

Los escépticos probablemente constituyan un grupo desencantado por haber sufrido un sinnúmero de supuestas mejoras que no se han materializado. Son  más difíciles de convencer pero, con la dedicación suficiente, un buen número de ellos decidirá que de nuevo merece la pena intentarlo. Si consigues hacerles probar los beneficios a través de cambios sutiles pero que sean efectivos, tras tímidos pasos y después de probar las ventajas del cambio poco a poco irán pasando a ser conectados.

Los desconectados  serán los verdaderos enemigos. Tienen la capacidad y la habilidad de saber en qué grupo está cada uno de los miembros a los que intentas conducir hacia el cambio. Intentarán convencer a los demás acerca de  la inutilidad de hacer cambios. Es probable que tengas varios desencuentros con ellos tratando de persuadirles. A menos que logres tener un verdadero diálogo y conectar con ellos en un momento en el que se encuentren abiertos a salir de la situación en la que se encuentran, tus posibilidades de conectarlos al cambio serán muy reducidas.

Con los últimos no hay que perder en principio demasiado tiempo. O ellos mismos se convencen porque ven cambios en los demás, o no tendrás ninguna posibilidad.

Dedícate en principio a los persuadibles, que sean éstos el ejemplo a seguir por los escépticos para que, al final, los desconectados sientan la necesidad de mejorar su productividad por lo que ven del resto del grupo.

¿Tienes identificado a cada uno de tus colaboradores dentro de alguno de estos grupos?, ¿Qué piensas hacer para lograr que todos sean conectados?

 

José Ignacio Azkue