Ya lo sé, pasa cada vez que me voy de vacaciones o falto una semana al trabajo. Mi bandeja de entrada muestra un número de 3 ó 4 cifras de correos pendientes de mirar y hacerlo me va a llevar más de un día.
Hay personas que se sienten infelices y con razón, de tener que dedicar unas cuantas horas, después de estar ausentes del trabajo, a la tediosa tarea de desatascar una carpeta de entrada desbordada.
Dedicarse nada más entrar al trabajo de regreso de las vacaciones a mirar, contestar, ver, leer el correo es para mi opinión, una opción equivocada. La consecuencia de esta actitud es que empezamos ya quemándonos, empezamos después de las vacaciones, del relax, tratando con una herramienta que en esos momentos desearíamos no tener instalada en nuestro ordenador.
Además, nos impide centrarnos desde el comienzo en los temas importantes, en las cosas de peso y nos enfrentamos a una montaña, que permitirme la expresión, está llena de basura.
Hay otras estrategias. Vamos a ver un par y que cada cual elija la que mejor le resulta. Yo evidentemente practico una, es la que recomendaría, pero cada uno tiene que ver su situación y actuar, nunca desesperarse.
Una obvia es ir vaciando la carpeta de entrada durante las vacaciones, usando un notebook, una tablet o yendo a un ciber. «La dependencia actual del e-mail ha cambiado la naturaleza de las vacaciones», dijo James E. Katz, director del Center for Mobile Communication Studies de la Universidad Rutgers. Si uno vacía la carpeta de entrada, «va en contra del objetivo de las vacaciones, que es alejarse de la oficina y hacer algo diferente.» Si no lo hace, «tiene que trabajar el doble al regreso. Y mientras responde a los acumulados, hay nuevos e-mail llegando en masa». En algún sentido expresa, «se le castiga por tomarse vacaciones con los e-mail fuera de control».
Ésta me parece una burrada, nunca la recomendaría. No estoy para nada de acuerdo con ella, ni con esta opinión. Las vacaciones nos las pagan para que descansemos del trabajo, no para que trabajemos. Nadie es imprescindible. No, ni tú tampoco. Las vacaciones son para desconectar, para cargar las pilas, para cuando volvamos al trabajo estemos de nuevo con la fortaleza necesaria para aceptar nuevos retos.
Otra y muy drástica es, borrar toda la bandeja de entrada o poner a todos los correos como leídos y olvidarnos de ellos. Es decir, dejar nuestro correo pendiente a cero. Me parece muy buena, algo drástica pero funciona. Todo lo que sea verdaderamente importante ya nos volverá. En cada uno de los seminarios o charlas que imparto y me oyen esta solución, veo las mismas caras de sorpresa y de negación. Las preguntas que me hacen casi siempre son las mismas: ¿y qué pasa con los pedidos de los clientes?, ¿y con el correo de mi jefe?, ¿y con…? Excusas para todos los gustos. Como he dicho anteriormente todo lo importante ya volverá. Lo único que debemos tener preparada, es una buena excusa para explicar porque los hemos perdido. Nos vamos a quitar todo el resto de un plumazo.
Para mí la mejor y la que utilizo es tener filtros, es decir, reglas que los propios gestores de correo nos permiten definir y dejar que la máquina nos clasifique los correos en diferentes carpetas. Con independencia de que los debemos usar durante todo el año, debemos tener unos especiales para estos casos, deben tener unas condiciones que nos agrupen en una carpeta lo realmente importante.
Debemos tener estos filtros preparados e inactivos durante el año y activarlos sólo para estas ocasiones. Deberán recoger en una carpeta los correos que cumplan unas condiciones y que según ellas, consideremos sean de especial relevancia. La cantidad de correos que nos queden en esta carpeta va a ser una cantidad ínfima si la comparamos con el resto, mucho más tratable y digerible que la original sin reglas. Con todos los demás aplicaremos la opción anterior. Los borramos o ponemos como ya leídos.
Voy a poner una frase que creo que muchas personas piensan de sí mismos: «Me gusta estar en el centro de las cosas y me creo tan importante que tengo que controlar siempre mi correo». Después deberían decir o llegar a la conclusión: «Pero si no estoy disponible, los problemas se solucionan igual. La empresa no se va a hundir sin mí.»
Si quieres saber más sobre cómo controlar tu correo electrónico, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

 

José Ignacio Azkue