La productividad personal de los trabajadores del conocimiento la podemos definir como un conjunto de hábitos que nos ayudan a conseguir mejores resultados. Algunas personas pueden tratar de definirla como una la relación entre los resultados y medios empleados. A mí no me gustan este tipo de definiciones. Por cierto, hay muchas, ya que puede inducir a pensar que con la productividad personal lo que se busca es más cantidad, cuando en realidad lo que tenemos que perseguir es más calidad.

Es independiente de que seas jefe, dueño o empleado, si tu trabajo requiere pensar, decidir, analizar, etc. Es decir, eres trabajador del conocimiento lo que logres dependerá de la calidad de tu trabajo. Vamos a ver una serie de errores que cometen este tipo de personas cuando son poco productivas.

Error 1. Trabajo todas las horas que sean necesarias

En este país un trabajador que mete horas extras está bien considerado. Esto no ocurre en otros países donde a este trabajador se le consideraría improductivo y estaría mal visto.

Tenemos que ser conscientes que desde que comenzamos a trabajar a primera hora de la mañana, con cada trabajo con cada cosa que hacemos va disminuyendo nuestra capacidad. A partir de cierta hora ya no tendremos capacidad para trabajar con calidad, si insistimos trabajaremos la mediocridad.

Error 2. Tengo todo en mi cabeza

El famoso sabio y físico Einstein dijo una vez “No guardes nunca en la cabeza aquello que te quepa en un bolsillo». Es un grave error tratar de almacenar cosas por hacer, cosas que os llaman la atención en nuestra cabeza. Esto lo único que provoca es que olvidemos cantidad de compromisos. Nos hace vivir con estrés y ansiedad debido al esfuerzo que hacemos para tratar de mantener todo con un cierto orden. El resultado es que olvidamos cantidad de compromisos, lo que nos ocasiona más estrés y ansiedad y nos hace quedar mal.

Tener todo en nuestra cabeza es la mejor manera para convertirnos en reactivos. Al final no tenemos las cosas con ningún orden y nos vamos quitando de encima siempre lo último que ha llegado a nuestra cabeza.

Error 3. Soy capaz de hacer varias cosas a la vez

Cuando estamos haciendo una tarea y por la razón que fuera, una llamada de teléfono, un correo electrónico, una petición de un compañero, un imprevisto de un cliente nos hace dejar lo que estábamos haciendo para empezar con otra cosa, caemos en lo que llamamos multitarea. Ésta es la forma más improductiva de trabajar. Algunos se pueden justificar diciendo: yo estoy haciendo dos o tres cosas a la vez. Ni los hombres ni las mujeres, aunque éstas digan que sí son capaces de hacer varias cosas a la vez, son capaces de semejante logro. Lo que hacemos es saltar de una tarea a otra. Para ello, nos olvidamos de lo que estábamos haciendo y nos centramos en la nueva tarea. Cuando queramos retomar la antigua, tenemos que esforzarnos en averiguar dónde la habíamos dejado.

Error 4. Lo hago yo, que seguro que lo hago mejor

Si piensas que lo debes hacer tú todo, si crees que eres el único que puede hacer bien las cosas, si no te fías de tus colaboradores y crees que ciertas cosas las debes hacer tú, estás en uno de los peores errores en lo que puede caer un líder. Esta forma de pensar te va a llevar a estar todo el día ocupado en cosas que realmente deben de hacer otros. Como consecuencia y al no poder llegar a todo, lo primero que vas a dejar de hacer son tus cosas verdaderamente importantes. Tus objetivos, las tareas que están relacionadas con su consecución pasan a segundo plano, con lo que tus resultados son más pobres. Piensa que si delegas algo que haces todos los días, al final de la semana, del mes, del año, te da un acumulado muy importante que puedes dedicar a tareas que se te quedan en el tintero. Las grandes empresas, las grandes corporaciones, han sido posibles gracias a que se han delegado responsabilidades a lo largo del organigrama, no podrían funcionar a partir de las contribuciones de una sola persona.

Error 5. No importa qué, la cuestión es hacer

Debemos tener muy claro cuáles son nuestros objetivos para trabajar con perspectiva. Muchas personas se dedican a hacer y hacer, y han caído en la trampa de la actividad. Piensan que por hacer cosas ya son productivas. Las personas que son productivas tienen en su horizonte su nivel de perspectiva. Objetivos a largo plazo, a corto, proyectos a trabajar este mes y focalizan sus tareas según esta perspectiva. Saben qué deben hacer y qué no.

¿Y tú cómo eres?, ¿cometes estos errores?, ¿andas todo el día apagando fuegos? Deja de luchar como una barca contra el temporal. Debes poner norte a tus acciones, te será mucho más fácil todo.

 

José Ignacio Azkue